
Consejos para dar la talla en diferentes eventos
En la vida hay diferentes situaciones a las que nos tenemos que enfrentar por causas naturales y otras por satisfacer nuestros deseos. En este post, hablaré de cómo dar la talla en determinadas situaciones de nuestra vida, ya sea, una primera cita o una reunión de trabajo; o bien, un funeral al que nos dejamos llevar por nuestros sentimientos, pero donde es recomendable también mantener la compostura. Es complicado; pero ya seamos el familiar cercano al fallecido o un conocido, es preciso saber cuándo acudir o no y qué prenda vestir.
Comenzamos por la primera cita, un tema más bonito y también necesario:
- Lo primero que hay tener en cuenta es que, además de la primera impresión de nuestra vestimenta, hay que cumplir una norma básica de educación: la puntualidad. Sí, sí, el hecho de llegar puntuales a nuestra cita dirá mucho de nosotros y nos marcará para próximas quedadas.
- Acudir correctamente vestido. Ante la duda, mejor decantarnos por la discreción, con vestidos de colores neutros si somos mujeres y vaqueros y camisa para los hombres, aunque siempre recomiendo vestir al estilo de como lo solemos hacer normalmente. Si nos maquillamos diariamente, ¿por qué no hacerlo en nuestra primera cita?
- Espalda recta, mirada al frente, hombros hacia atrás y sonreír siempre. Quizá sean los pasos más básicos para mantener una postura correcta; pero es el consejo propio de madres y abuelas…y que siempre funciona¡
- Habla lo justo y evita temas delicados, como de ex o experiencias negativas o demasiado profundas. Recuerda: habrá tiempo para todo. Ni bromas, ni críticas hacia otras personas y jamás establezcas comparaciones.
- Asentir lo justo.
- No ser muy efusivo y mostrarnos naturales, discretos y sobre todo atentos, es decir, escuchar más que hablar.
Cómo encajar un adiós
Este apartado es muy personal; pero si queremos ser correctos y mantener la elegancia incluso cuando nos dejan, lo ideal es no suplicar, manteniendo la dignidad, ni llorando en público. Además, recomendamos no hablar de la ruptura con personas que no sean cercanas.
En un funeral…
Las despedidas a seres queridos es un trance que, desgraciadamente, tenemos que vivir algún momento de nuestra vida. Nos duele, nos deja sin aliento y a veces nos deja idos. A pesar de ello, existen una serie de normas básicas de educación que nos ayudará a saber afrontar ese momento:
- Nada más enterarnos, lo aconsejable es escribir un mensaje, carta manuscrita o Whatsapp y contestar por la misma vía.
- Acudir al funeral y ser puntual y mantener la seriedad. Hay que saber que el móvil no sustituye a la presencia en un tanatorio.
- En cuanto al pésame, la comunicación aquí es valiosa. Este ha de ser breve, sencillo y con afecta. Evita hundir más en el dolor con frases del tipo «con lo bueno que era», etc. En cuanto a la frase, opta por la de «mi más sentido pésame, siento mucho lo sucedido»; pero siempre, desde el corazón y con sentimiento.
- Si el ataúd está presente, está permitido que se acerque a él.
- Realiza una llamada posterior a la semana, en el aniversario para ver cómo se encuentra el familiar en cuestión. Es un gesto cortés por nuestra parte.
Qué hay que evitar:
- Evitar ir en sandalias, con gorras, pantalones cortos o ropa deportiva.
- Camisetas sin mangas, faldas por encima de la rodilla.
- Minifaldas, ni ropa ceñida, ni zapatillas.
Optar por:
- Colores oscuros, azul marino, marrón, verde oscuro. Ni rojo, ni blanco. El luto absoluto es opcional; pero corresponde más a la familia más cercana.
- Sí optaremos por unas gafas de sol en todo momento o por una pashmina que nos pueda dar un poco de color.
- En cuanto al calzado, recomiendo unas bailarinas negras, cómodas y muy versátiles que nos sirve como fondo de armario.
Niños
A la pregunta de si los niños deben ir al funeral, es una decisión muy personal y depende de cada familia y persona. Yo recomiendo que si son menores de 4 años no vayan, y para los mayores de esta edad, es preciso explicarles detenidamente cómo es un funeral, que verá gente triste por la muerte de una persona; explicándolo siempre con naturalidad y sentimiento.
Si no quiere ir, no le obligues; pero dale la oportunidad de que lo reconsidere un poco más tarde por si ha cambiado de opinión y, por último, si quiere besar al fallecido, déjalo.